A finales de 2014 tuve la ocasión de ayudar a un adolescente a elegir colores para su habitación. Era su deseo jugar con tonos de azul y verde, y este fue mi punto de partida. A propuesta mía escogimos dos tonos de azul, uno más intenso para la pared de acento y otro mucho más claro para el resto de la estancia. Y decidí situar los tonos de verde en la ropa de cama.
Hicimos una primera selección de colores y pintamos unas muestras que nos permitieron afinar el color de acento, pasados unos días de observación "in situ". Optamos por un azul un poco más agrisado que el elegido de entrada, y una vez acabado el magnífico trabajo de los pintores -los hermanos Martos de Moià-, el resultado final de la pequeña reforma fue el que sigue:
Hicimos una primera selección de colores y pintamos unas muestras que nos permitieron afinar el color de acento, pasados unos días de observación "in situ". Optamos por un azul un poco más agrisado que el elegido de entrada, y una vez acabado el magnífico trabajo de los pintores -los hermanos Martos de Moià-, el resultado final de la pequeña reforma fue el que sigue:
Estancia adolescente, después.